A menudo, cuando se reciben requerimientos grandilocuentes, a no ilusionarse. Mejor … ¡a correr!
Por lo general estos personajes a los que hago alusión se caracterizan por la desmesura en sus expresiones, y por manifestaciones permanentes de la exageración como modus-operandi.
Solicitan prototipos funcionales de sistemas con complejidades desconocidas, que pueden variar entre 0 e infinito.
Necesitan todo para ayer, o para el año pasado, porque dicen que lo de ellos es trendy y disruptivo. De este modo comienza nuestro “check-in al infierno“.
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